Av. de Mayo 825 El café Tortoni es considerado el bar más emblemático de Buenos Aires. Escribir sobre él me parece una tarea inabarcable. Pero lo voy a hacer a mi modo. Con mi propia sensibilidad. No voy a contar todo pero voy a contar lo que significa para mí, y lo que me transmite. El Tortoni, para mí, es fundamentalmente el lugar en donde mi papá tomaba la leche merengada más rica de la ciudad. Y esa declaración me despertaba una curiosidad infinita. Porque cuando yo era chica sólo conocía eso que decía la canción: "me da leche merengada/ ay que vaca más salada". Pasaron varios años hasta que mi papá me llevó con él a probar la famosa leche. Y muchos años más para que yo, ya adulta, descubriese el placer de sentarme en la mesa de un bar a tomar un café. Esta vez vuelvo al gran Tortoni para escribir la crónica. Y lo hago una tarde en la que curiosamente no hay fila de turistas agolpados a sus puertas. Así que tengo todo el espacio y todo el tiempo para recorrerlo.
Me gusta mirar Buenos Aires desde la mesa de un bar. Volverla ficción. Y soñarla entre papeles.
Hermoso lugar. Comparto una pequeña anécdota: El año pasado tenía que encontrarme con alguien allí, y no recordaba la dirección exacta. Entonces, y como una especie de GPS de otro tiempo, vino a mi memoria la voz de mi abuelo cantando:"Café de los Angelitos/ bar de Gabino y Cazón/ yo te alegré con mis gritos/en los tiempos de Carlitos/por Rivadavia y Rincón"
ResponderEliminarYo también fui habitada por la nostalgia, aun antes de traspasar sus puertas.
Saludos!
Valeria
Qué genial! Y la letra del tango está en un cuadrito colgada en una de las paredes. Gracias por tu anécdota que tiene mucho afecto dando vueltas.
EliminarLa plaza de los Corrales era parte del hondo bajo fondo en el siglo XIX. Más que de bares, la zona estaba poblada de peringundines llenos de compadritos, canfinfleros y taitas que fandangeaban un milonga, una habanera o una habanera-milongueada con sus paicas y milonguitas , cuya envigada u ombligada ruborizó al entonces Pío IX que prohibió a los católicos bailar ese ritmo precursor del tango, por ser "lascivo, impúdico" y cualquier freudismo que se
ResponderEliminarles ocurra.
excelente comentario Lucio ! muy interesante
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