Medrano y Rivadavia Nació un día de primavera, el 21 de septiembre de 1884, y desde entonces Las Violetas florece en la esquina de Rivadavia y Medrano. Cuando se fundó, la calle Rivadavia estaba atravesada por un tranvía tirado a caballo. La confitería se plantó con elegancia en una de las paradas del tranvía, contrastando con la pulpería que se ubicaba justo en diagonal. Entre 1998 y el 2001 estuvo cerrada, y mucho se temió por su pérdida. Pero finalmente reabrió, y los trabajos de restauración salvaron su fisonomía y sus tesoros arquitectónicos. Entrar allí es perderse en un mundo coqueto y mágico. Es abrir una caja de bombones. Es habitar una caja de música. Hay que estar muy despierto, para no perderse detalle. Primero el pequeño mundo de tu mesa: la silla de tapizado bordó, la tapa de mármol de carrara, la masita de crema que acompaña el café, o la bandeja exquisita del Té María Cala, las servilletitas con el logo violeta, los sobres de azúcar que rep...
Qué hermoso poema!
ResponderEliminar