Av. Figueroa Alcorta 3009
Enclavado en una esquina emblemática de Palermo Chico, este bar es a mis ojos un lugar clásico porteño. Ahora convertido en un café temático, auspiciado por la marca Audi, conserva sin embargo su personalidad.
Nace en el año 1939, y en su origen era poco más que un chalet de estilo inglés. En 1971 se amplió e incorporó otro piso. Y en los años '80 pasó a ser lugar obligado de empresarios, políticos, deportistas y personajes de la farándula.
Tengo que ser sincera, siempre vi a este bar como un reducto algo snob, de alto poder adquisitivo y también con cierto matiz de trampa. Pero también siempre me atrajo su fisonomía y su ubicación.
Así que para mí entrar a Rond Point es toda una aventura. Atravieso sus puertas y adentro descubro un espacio elegante que me acoje con calidez. Sus mozos me atienden con amabilidad, permiten que saque fotos y hasta uno posa.
Es una gran vidriera; afuera el verde de Palermo, adentro la clientela, con personajes que alternan formalidad con rasgos un tanto caricaturescos.
Un gran espejo y mucho vidrio. Madera. Cuero. Modernidad.
Café excelente, con buena fortaleza y sabor seco.
Juego a sentirme glamorosa. Escribo en mi Moleskine con un aire ejecutivo. Me dejo cautivar por la atmósfera de Rond Point. Sin vueltas.
Enclavado en una esquina emblemática de Palermo Chico, este bar es a mis ojos un lugar clásico porteño. Ahora convertido en un café temático, auspiciado por la marca Audi, conserva sin embargo su personalidad.
Nace en el año 1939, y en su origen era poco más que un chalet de estilo inglés. En 1971 se amplió e incorporó otro piso. Y en los años '80 pasó a ser lugar obligado de empresarios, políticos, deportistas y personajes de la farándula.
Tengo que ser sincera, siempre vi a este bar como un reducto algo snob, de alto poder adquisitivo y también con cierto matiz de trampa. Pero también siempre me atrajo su fisonomía y su ubicación.
Así que para mí entrar a Rond Point es toda una aventura. Atravieso sus puertas y adentro descubro un espacio elegante que me acoje con calidez. Sus mozos me atienden con amabilidad, permiten que saque fotos y hasta uno posa.
Es una gran vidriera; afuera el verde de Palermo, adentro la clientela, con personajes que alternan formalidad con rasgos un tanto caricaturescos.
Un gran espejo y mucho vidrio. Madera. Cuero. Modernidad.
Café excelente, con buena fortaleza y sabor seco.
Juego a sentirme glamorosa. Escribo en mi Moleskine con un aire ejecutivo. Me dejo cautivar por la atmósfera de Rond Point. Sin vueltas.
Terminó comprando Audi todo el edificio! Qué lástima que sacaron Rond Point!!!
ResponderEliminarEra un gran lugar ! también me apena
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