Av. Corrientes y Montevideo
El bar La Paz se inauguró en 1944. Fue punto de reunión de la bohemia, la militancia y la vida artística hasta la dictadura. En 1983 tuvo un pequeño resurgimiento pero con menor convocatoria.
Estos son algunos de los datos que se pueden leer en internet sobre La Paz.
Y todo parece tan lejano.
Yo visitaba La Paz en los '80, es decir no viví su época de auge intelectual. Pero aún en esos años se respiraba otro clima. Nunca fue un bar lindo. Tenía mala acústica, y tomar un café en sus mesas implicaba dejarse atravesar por un murmullo creciente. Era fundamentalmente un bar de charla, de debate. Y aún cuando ya no estaban sus clientes emblemáticos (David Viñas, Rodolfo Walsh, Ricardo Piglia) yo sentía que en sus mesas se barajaban palabras con peso y vuelo.
En 1997 se autorizó una controvertida restauración. Algunas cosas se mantuvieron: al menos la fachada perduraba, y el interior, aunque restaurado mostraba un mobiliario similar. La distribución era diferente, pero la vista de la vieja choppera en la barra era un consuelo.
¿En qué año se produjo el desatino de poner un kiosco en el medio de la entrada?
No pude encontrar la fecha exacta, pero esa modificación fue un mazazo arquitectónico.
Sorteo el kiosco y entro. Me siento junto a la ventana.
La clientela es mixta: familias con chicos, grupos de amigos, gente de oficina. El bullicio sigue, pero adivino charlas cotidianas, banales.
Es un bar más.
El mayor encanto me viene dado por los sobres de azúcar, que son de expresso La Virginia. Leo la inscripción: "La verdadera esencia de un momento expresso es que cuando pasa siempre queda una marca"
Puede ser. Al menos algo queda, pienso. Porque el Bar La Paz permanece como una marca en plena avenida Corrientes, como una señal de que ahí hubo gente que pensó, que soñó, que creó.
Confío, después de todo, en que la inspiración siga rondando sus mesas.
Texto y fotografías: Carina Migliaccio / Bar de Fondo
Tal como bien los menciona la reseña , seguramente quienes pensaron , quienes crearon , quienes creyeron (y agrego , y hoy no estan) , poco menos que triste estarian hoy con su transformacion actual en nombre de la modernidad o no se bien que.
ResponderEliminarrealmente triste
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