Av. Boedo 857 (esq. pasaje San Ignacio)
El café Margot ocupa una ochava maravillosa en el barrio de Boedo. Es un edificio de dos plantas que fue construido en 1904 y que albergó durante décadas al café Trianón.
En su historia cuenta con clientela famosa tanto del mundo de las letras ( Raúl González Tuñón, Roberto Arlt), la política (Alfredo Palacios) y el deporte (Mono Gatica, Ringo Bonavena, Sanfilippo).
Tres cosas son las que más me impactaron del Margot.
La primera es su fachada, con sus carteles fileteados, su puerta de madera y el toldo que crea sobre la vereda un cobijo encantador.
La segunda es su interior: aire de bodegón, con embutidos que cuelgan sobre la barra, paredes de ladrillo y una serie de publicidades antiguas.
Y la tercera es el cartel gigante en donde anuncian que allí, en la década del '40 se inventó el sandwich de pavita. ¡Pero yo siempre me limito al cortado !
Elijo una mesa al azar, junto a la ventana y descubro una placa de bronce en memoria de Héctor González, quien alentó el renacimiento del grupo "Gran Boedo" (movida artística cultural e independiente que dio lugar al espacio teatral Boedo XXI).
El hallazgo me da cierta satisfacción, y creo que un buen homenaje es escribir la crónica del bar en esa mesa.
En el Margot también funciona el apodado Grupo Baires Popular que reúne poetas, periodistas e historiadores que mantienen viva la voz del barrio.
Este lugar es un compendio y una matriz cultural. En un espacio tan íntimo y relativamente pequeño, parece concentrarse el grito de Boedo de forma tan poética que hace que hasta mi café tenga sabor a verso. Sin embargo, no verseo: el café Margot es de verdad un imprescindible.
Texto y fotografías: Carina Migliaccio / Bar de Fondo
Este bar y la historia del Gato Mingo , por siempre en mi corazon....
ResponderEliminarme gusta que tengas asociados buenos recuerdos y anécdotas a este bar
EliminarAllí nacieron algunos proyectos en mi periplo porteño, hace un par de años; celebramos cumpleaños o simples salidas con amigos. Y vimos los carnavales en plena calle en febrero. Pensarlo en camino a la Esquina Homero Manzi, redobla el valor de todos esos bellos recuerdos. ¡Qué lindo es el aire de Boedo!
ResponderEliminarque lindo, me imagino ver el carnaval desde ahí, precioso!
EliminarPerdón, lo olvidaba: ¡desconocía que lo frecuentara el genio de Arlt!
ResponderEliminarel original, por supuesto, esa esquina antes fue Trianón.
EliminarPienso que la vida nos va encadenando de una manera tan simple a la vez que misteriosa, que se encarga de llevarnos a sitios, lugares o situaciones en los que todo cobra sentidos vitales, aunque desconozcamos, por caso, esta coincidencia entre nuestra presencia y la de un autor que será siempre una delicia. En lugar de "¡eureka!" bien vendría un "¡aguafuerte!" Saludos y gracias por permitirte este tiempo para responder.
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