Estados Unidos 302 (esq. Balcarce) El amor a primera vista existe, y te puede suceder en el Café Rivas. Al menos eso fue lo que sentí apenas vi su fachada: un edificio antiguo enmarcado por una santa rita fucsia, con un reloj colgante que parece invitarte a detener el tiempo con un café. El Rivas no siempre se llamó así. En la misma locación existió antes, con parecida fisonomía, el bar Los Loros, y en la planta alta funcionaba el café concert El Nacional. No fue declarado notable, sin embargo está en una esquina histórica, y así lo anuncia una placa que señala que en ese sitio se encontraba el vértice S.E del tramado urbano de Buenos Aires, en la fundación de Juan de Garay de 1580. Una vez adentro te encontrás con un espacio íntimo y elegante. He leído varias descripciones en las que se habla de un estilo afrancesado o inglés. A mí me recuerda a los cafés de Viena por el mobiliario de líneas curvas , su mad era, las lámparas art deco y su decora